Adiós. Si te digo adiós
no nos separaremos tan pronto.
Ya no había nada que decirse.
Y de repente alguien,
tú o yo,
echó la salvación,
esa palabra, adiós, entre nosotros.
Y ahora ya no podemos
irnos así.
Hay que quedarse.
Tenemos que decirnos adiós.
Desenredar esa madeja
del adiós redondo.
Explicar, explicarnos, las entrañas
vivas o muertas del adiós,
de día, de noche;
adioses negros, blancos;
adiós riendo, adiós llorando.
Juntos ya siempre por la despedida,
inseparables
al borde mismo - adiós - del separarse.
no nos separaremos tan pronto.
Ya no había nada que decirse.
Y de repente alguien,
tú o yo,
echó la salvación,
esa palabra, adiós, entre nosotros.
Y ahora ya no podemos
irnos así.
Hay que quedarse.
Tenemos que decirnos adiós.
Desenredar esa madeja
del adiós redondo.
Explicar, explicarnos, las entrañas
vivas o muertas del adiós,
de día, de noche;
adioses negros, blancos;
adiós riendo, adiós llorando.
Juntos ya siempre por la despedida,
inseparables
al borde mismo - adiós - del separarse.
Los Adioses, Pedro Salinas; Favola e Segno (1931)
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